El Trauma en los Adultos
"Hacia una comprensión psicodinámica del trauma en la adultez", escrito por Ghislaine Boulanger Donnel Stern, Ph.D. (2007)
En el libro "Hacia una comprensión psicodinámica del trauma en la adultez", escrito por Ghislaine Boulanger Donnel Stern, Ph.D., aborda la falta de atención en la psicología y el psicoanálisis hacia el trauma en la adultez, en contraste con el enfoque en el trauma infantil. La autora comienza mencionando su experiencia enseñando un curso sobre trauma y psicoanálisis, donde los estudiantes fácilmente proporcionaron ejemplos de pacientes adultos que habían experimentado abuso físico, sexual o emocional en su infancia.
Sin embargo, cuando la autora preguntó sobre ejemplos de estrés traumático catastrófico en la adultez, hubo silencio, lo que destaca la falta de atención a este tema. La autora sostiene que es importante que los psicoanalistas y terapeutas psicodinámicos comprendan los trastornos crónicos que pueden surgir debido a traumas psíquicos masivos en la adultez, ya que a menudo se malentienden.
La autora argumenta que la psicoanalítica a menudo se enfoca en la vida cotidiana y en la búsqueda de patrones disruptivos en la infancia. Hasta hace poco, los psicoanalistas en los Estados Unidos rara vez se enfrentaron a las secuelas de la violencia en la vida adulta. Los cambios provocados por el trauma en la adultez han sido poco abordados en la teoría psicoanalítica, y en ocasiones, se les ha ignorado o atribuído a traumas infantiles o patologías previas.
Señala que el trauma no puede explicarse solo apelando a la realidad, ya que siempre existe una relación compleja entre la dinámica psicológica del sobreviviente, el impacto psicológico del evento traumático, sus consecuencias psicológicas y su significado, así como los síntomas actuales. Ignorar cualquiera de estos aspectos es un fallo en el tratamiento del paciente.
El texto menciona el diagnóstico de Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y cómo ha llevado a un aumento en la investigación y el tratamiento del trauma. Sin embargo, se argumenta que el TEPT no captura completamente la naturaleza del trauma masivo en la adultez y cómo puede afectar a la psique de una persona. También reflexiona sobre la confluencia de eventos externos e internos en la experiencia del trauma y cómo esto desafía la forma en que los psicoanalistas suelen abordar el trauma a través de la interpretación de fantasías y asociaciones internas.
Ghislaine utiliza varios términos, como "trauma", "trauma catastrófico", "trauma psíquico masivo" y "trauma en la adultez", de manera intercambiable para describir situaciones de traumatización extrema, como desastres, catástrofes y situaciones abrumadoras. Sin embargo, también señala que la definición precisa de lo que constituye un trauma en la adultez puede variar.
Se hace referencia a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York como un evento que cambió la percepción de muchos psicoanalistas sobre el trauma en la adultez. Después de los ataques, los profesionales de la salud mental se vieron obligados a lidiar con pacientes que habían experimentado un evento traumático extremo, lo que llevó a la necesidad de ajustar las formas tradicionales de tratamiento y comprensión del trauma. El texto también discute cómo se confunde a menudo a los "espectadores" de un trauma con las personas que han experimentado directamente el trauma, y cómo esto puede llevar a definiciones imprecisas de trauma. Se argumenta que enfrentar el terror real y la posibilidad de perder la vida es una experiencia de orden diferente a otros tipos de ansiedades o pérdidas, y requiere un nivel de comprensión y tratamiento distintos.
En los siguientes capítulos, la autora aborda la diferencia entre la disociación en la infancia y la disociación catastrófica en la adultez, destacando cómo la disociación juega un papel importante en la formación de la percepción de uno mismo en la infancia y cómo deforma la autopercepción en la adultez. También se explora la relación íntima entre el miedo a la aniquilación y el trauma en la adultez.
La autora revisa las formas en que los síntomas del trauma en la adultez han sido malentendidos en la teoría y la práctica analítica y cómo las suposiciones metapsicológicas tradicionales han dificultado la comprensión del trauma en la adultez. Se argumenta que el enfoque de la psicoanálisis relacional, que enfatiza la construcción dialéctica y el reconocimiento de la contingencia, está en una posición única para abordar el análisis de estados catastróficos de la adultez.
Los capítulos posteriores se centran en los aspectos fundamentales de la experiencia del yo que son esenciales para el desarrollo psicológico y que se ven afectados de manera profunda por el trauma en la adultez. Estos incluyen la agencia, la cohesión física, la colusión psicosomática, la afectividad y la continuidad del yo.
Se destaca la importancia de "portar testimonio" tanto para el analista como para el sobreviviente del trauma. Aunque se ha vuelto común hablar de que el analista debe ser testigo de la experiencia del paciente, la autora subraya que este aspecto del proceso de recuperación no debe convertirse en su punto final. Es fundamental avanzar más allá del mero acto de testimoniar y llegar a una vida que reconozca el trauma pero no esté completamente definida por él. El texto también se centra en el desafío de encontrar una manera de hablar sobre el trauma sin caer en la histeria, la intelectualización excesiva o la minimización del mismo. Esto es particularmente relevante tanto para el paciente como para el terapeuta.
TRAUMA
• Son las “emociones vehementes” que acompañan la experiencia lo que la hacen traumática (Taylor, p.188).
• El acto de recordar es un proceso complejo de interacción entre presente y pasado, de modo que el recuerdo puede ser considerado una reconstrucción. Sin embargo, los recuerdos traumáticos no son transformados por el poder del presente, debido a lo excesivo de dicha experiencia. (Bohleber y Fonagy, 2010, p.129)
• A veces, el recuerdo traumático es tan vívido, que temporalmente obnubila el presente, causando al sujeto que se comporte como si estuviera reviviendo el trauma. Es usual que estas personas guarden silencio sobre su obsesión por miedo a ser condenados como locos o incrementar la intensidad de lo que sienten al hablar de esto. Para el sobreviviente, estos recuerdos pueden ser más reales que el presente, llegando a sentirse sin contacto con el mundo, como si las preocupaciones cotidianas de otras personas tuvieran poca relevancia frente a las experiencias privadas que el sujeto vive (Boulanger, 2007, p. 7).
Se menciona que los pacientes a menudo resisten revivir la experiencia traumática, y esto se describe como una forma de resistencia que el analista debe abordar. Además, se explora el concepto de contra-transferencia y cómo el terapeuta también puede experimentar resistencia o miedo al enfrentar la vulnerabilidad ante el trauma.
El capítulo final de la lectura se enfoca en la política psicológica y cómo se ha utilizado el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático (TEPT) con fines comerciales y políticos, a menudo desvirtuando la experiencia de los sobrevivientes y distorsionando las opciones de tratamiento.